Santa Claus

¿Por qué a mí Santa nunca me trajo cosas tan simpáticas? Bueno, seguro sí, pero no un perrito al que le queda el sueter de un oso de peluche. Isabel y yo propusimos dos nombres: Queso o Rey; pero, al parecer, terminará teniendo el poco imaginativo y bastante absurdo nombre de Manchas...

Grasas, calorías y carbohidratos

Odio las vacaciones. No hay nada que hacer y uno termina tragando toda la tarde (en la mañana no, ese es un extraño fenómeno de los antojos humanos). Más cuando son vacaciones navideñas y más cuando a su familia se le ocurre poner una ridícula piñata en la nochebuena... Dulces, dulces y más dulces (en teoría eran para mi sobrina, pero ella terminó con una cantidad igual). Por suerte el gimnasio ha seguido abierto. ¿Qué pasará el 30, 31 y 1o que decidieron cerrar para "dar mantenimiento"? Casualmente sólo cerrarán el gimnasio y la alberca... Uno puede ir a jugar tennis (si eso sirve para algo, además de divertirse) y a comer en la cafetería... Malditos clubs sociales. ¿No que muy deportivos?

Por otro lado, casi seguro iré a Londres del 10 al 24 de enero. Quizá aproveche para ir a Brno, en la República Checa, unos días. El viaje redondo (a Brno) está a 20 libras, ¡unos 400 pesos!, por lo q hay q aprovechar. Quería ir a Sarajevo, pero hay que pagar casi 10 veces más. En otra ocasión será, cuando las rebajas de Ryanair no sean tan tentadoras. Ya les traeré fotos de aquellas calles. Espero no enloquecer con las checas... las calles, obviamente. En Londres no hay tanto riesgo.

Sorpresivo

Mostrando su oscuro pasado.

Intercambio Politológico

¡Antes de lo esperado llega a ustedes esta sorpresa! En esto terminó nuestro intercambio navideño 2007. Una muestra de sobriedad y espíritu meramente académico. Espero que lo disfruten tanto como nosotros hicimos. Den click para descubrir qué se esconde tras esa camarita...

Por cierto. Me pregunto, ¿de qué sirve un intercambio navideño? Todos sacan un papelito. Todos dan, en teoría, sugerencias de regalos. La mayoría recibe, por lo tanto, un obsequio que esperaba recibir. Nadie obtiene más, nadie obtiene menos. Bastante homogeneo. ¿Por qué no, entonces, cada quién compra su regalo? Termina dando lo mismo. ¿O no? En fin. Lo disfrutamos, creo.

Kaiserschmarrn

En días pasados, con motivo de mis aniversarios, fui a comer a un restaurante de la colonia Condesa (como buena parte de los restaurantes hoy en dìa). En la calle de Citlaltepetl se pierde un pequeño letrero que dice "Los Caprichos del Emperador". Es más fácil localizarlo gracias al valet parking frente a la puerta que por el letrero mismo.

Una vez dentro, uno encuentra un pequeño lugar, bastante acogedor, atendido por su dueña y cheff Renate Zeller. El menú es una maravilla por sí mismo. Cada platillo tiene una breve reseña histórica que le permite a uno, al menos a mí sí, encariñarse más con alguno. Todo es absolutamente delicioso. Una salchicha con salsa de gulasch, venado, jabalí... Manjares de todos los rincones del Imperio Austro-Húngaro.

Al llegar el momento del postre llega también un enorme problema: ¿qué elegir? Todo suena maravilloso. Un pastel Sacher, un moro de chocolate, pastel de semilla de amapola, semifreddo o el que le da nombre al lugar: los caprichos del emperador, supuesto postre predilecto del emperador Francisco José.

Por desgracia este lugar será cerrado en fechas próximas. En febrero o marzo quizá emigren a otro lugar de la ciudad, como Polanco, o, si no, simplemente cerrarán sus puertas. Visítenlo antes de que eso suceda. Vale, definitivamente, la pena.

PETRUS

Éste es el vino que bebí la noche del miércoles gracias a la gentileza de mi tío. Fui con él a cenar a un lugar llamado Bistro Estoril, en Santa Fé, y llevó con él esta botella. Maravilloso. Un Petrus 1986 no podía (o no debía) ser de otra manera. En su cúspide creo yo.

El restaurante bastante bien también. Un plato de jamón serrano de bellota, una crema de huauzontles con chile pasilla y un rollo de ternera en salsa de mostaza de grano (¿no toda la mostaza es de grano?). Absolutamente delicioso.

Una noche excepcional, sin duda. Lástima que fue el pretexto para una plática que se había venido postergando. En fin, comer y beber caen bien bajo cualquier circunstancia.

Villamelón

Alguien preguntó qué es un villamelón. Bueno, pues aunque no soy un experto en el tema (sería un villamelón al pretenderlo) intentaré explicarlo.

Un villamelón es aquel que asiste a las corridas de toros sin saber absolutamente nada sobre la tauromaquia y pretende hacerlo. Se cree un experto sin tener idea de lo que sucede, de lo que debe aplaudirse y lo que no lo amerita. Eso es todo. PERO... como siempre, existe un pero.

El término se ha empleado de manera equívoca para otros deportes. Como siempre, las palabras terminan deformándose. Ahora, incluso, se usa, no sólo para aquel que asiste a un deporte cualquiera y se finge un experto, sino, al parecer, también para referirse a quien disfruta de un deporte sin pretenderse experto (lo cual lo exime de ser un villamelón) pero tiene cosas mejores que hacer que dedicarle su vida a ello. Si faltas a un partido ya no eres digno de llamarte aficionado. Me pregunto si uno debe asistir cada fin de semana a misa para declararse creyente. Creo que México perdería su jerarquía católica.

He ahí una explicación de lo que significa aquella palabra. Quizá alguien me corrija en algunos detalles. Bienvenida la crítica a algo en que, de antemano, me declaré inexperto. Disfruten de cualquier afición a su manera, con humildad, sin temor a ser tachados de "villamelones".