Es bastante extraño vivir en un pueblo dentro de la franja fronteriza. Todo el pueblo está lleno de "yardas" o lotes de autos usados, talleres mecánicos, eléctricos, tiendas de "autopartes"... Todo mundo compra y vende autos, en su mayoría viejos.
Un pueblo polvoso, seco. No cae ni una gota de lluvia durante el verano. Todo mundo "pistea" o bebe todo el día, en su mayoría cerveza (tecate o XX lager). Hace bastante calor, aunque no es tan insoportable como en otros lados, en parte por la falta de humedad.
Los OXXO's y otros lugares aceptan dólares y venden múltiples artículos importados. Se bebe, con relativa frecuencia, una cosa llamada Monster, especie de Red Bull más ligero y en diversas presentaciones, ya sea con jugo o no sé qué otras cosas. Incluso en aquel pueblo perdido llamado El Porvenir, en un puesto de tacos de birria, me dieron cambio en dolares... Es como vivir en los suburbios chicanos de una ciudad de allá, pero acá... Todo en español, pero con un mínimo de dólares y con algunos artículos de allá...
El ámbito vinícola y culinario, como he enfatizado, es caso aparte. No abunda como uno imaginaría, sino que es una burbuja bien definida en un extremo de Ensenada...