Uno, dos, tres, diez, veinte cables sobre tu cabeza, conectados a ella. Impulsos eléctricos salen de algún punto de tu cerebro hacia esos nodos, descargándote. Parecen horas las que tienes que "relajarte" en un sillón viendo a la pared, sin moverte. Después te recuestas y, con un poco de suerte, duermes un rato. Fuera todos, uno a uno, dejando una pomada sobre tu pelo y tu frente. ¿Todo para qué? Ya veremos...
Así se escoge a los ganadores del Latin America´s 50 Best Restaurants
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(Este texto se publicó originalmente en Animal Gourmet)El 23 de septiembre
pasado el patio central...
Hace 9 años.