Ahora sí, ya tengo boletos de avión, departamento (dentro de una casa de estudiantes, pero bueno), la inscripción al curso y un par de eventos de las fiestas de la vendimia ya reservados. Lo que por momentos pareció ser sólo un sueño guajiro terminó volviéndose realidad. Del 6 de agosto al 23 de septiembre estaré en territorio fronterizo. Ensenada y San Diego son los únicos destinos seguros hasta el momento. Tijuana no me llama, aunque quizá me de una vuelta por ahí. Alguna otra playa cercana para aprender a surfear, Rosarito a comer langosta, tal vez las pinturas rupestres... Quién sabe qué me deparará ese mes y medio. Ahora necesito conseguir un coche estando allá para moverme libremente.
