Odio hablar por teléfono desde hace muchos años. Desconozco el porqué pero así es. Soy fan de mandar mensajitos interminablemente pero detesto hablar. A veces no contesto cuando me hablan porque no quiero hablar en ese momento, no necesariamente con esa persona en particular sino simplemente hablar. Siempre -desde que recuerdo- he preferido escribir. Creo que me expreso mejor de ese modo. Eso de ordenar mis ideas y hablar no se me da; fluyen más facilmente las ideas mientras escribo. "Say whatever... 'cause it's always going to be wrong", le escribí el otro día a IZ en una polaroid que ahora forma parte de su colección (me encantó tu idea). El mayor arrepentimiento -quizá el único- de mi vida fue no decir lo único, lo más importante que debía decirle a alguien en el momento en que debía, cuando podía.
Todo esto iba para decir que no sólo odio hablar por teléfono sino que odio aún más hablar por teléfono y escuchar mi eco. Sé que soy yo pero no es la misma voz que escucho salir de mi garganta. Me parece una voz horrible y hace que no sepa cuál es mi verdadera voz, cómo la escucha el resto de la gente. Alguna vez una maestra me dijo que debía ser locutor de radio y me pareció que en efecto mi voz era parecida a la de algunos de ellos pero a veces, al escucharla por el teléfono o en un micrófono, me resulta pavorosa.