Como ya lo he comunicado un par de veces y como la mayoría de ustedes, lectores de buen gusto, saben, he desarrollado una pasión especial por el mundo del vino. No puedo autodenominarme un conocedor realmente sino que soy, más bien, un novato que disfruta de beber un buen vino. Un vino no es únicamente una compañía para una comida o una cena, es un algo serio, un mundo aparte.
Por alguna razón, aún inentendible, tengo un gusto particular por los vinos mexicanos. Aunque no es una industria de grandes magnitudes, contiene una calidad y variedad muy especial. En muchas de las regiones vinícolas del mundo podemos encontrar una sola variedad de uva, dos o, quizá, tres. En México se ha experimentado, con muy buenos resultados, con multiples varietales. Desde Cabernet Sauvignon y Merlot hasta Nebbiolo y Pinot Noir. Eso vuelve a cada vino enteramente distinto del resto. Basta probar dos de mis vinos favoritos en fechas recientes para evidenciar dicho fenómeno. Ácrata Portada, de bodegas Aborigen (propiedad de uno de los enólogos mexicanos más destacados, Hugo d'Acosta), producto de la mezcla de Grenache y Carignan. Albarolo, de vinos Shimul, 100% Nebbiolo.
Creo que es difícil encontrar tal diversidad en otro lugar. En mi reciente visita a Eslovenia, por ejemplo, tuve oportunidad de probar distintos vinos de las regiones vinícolas de aquel país. Bastante buenos algunos de ellos, pero en su mayoría eran elaborados con los mismos varietales y compartían una serie de aromas y sabores muy similares.
Es por eso que he comenzado a investigar acerca de los cursos que Hugo d'Acosta brinda cada año en el rancho El Porvenir, cerca de Ensenada. Al parecer son únicamente 4 sábados, a finales de agosto y principios de septiembre. Desconozco aún qué experiencia debe uno tener, el costo, los requisitos adicionales... Apenas me dispongo a planear todo aquello. Seis meses, un año quizá, no estarían mal para adentrarse en ese mundo practicamente desconocido.
Aquel que guste unírseme como compañero bebedor de vino y acompañarme de vez en vez a alguna enoteca o a una pequeña reunión en casa de alguno de los que se apunten será bienvenido. Podríamos, incluso, organizar una especie de club de vino.
¿Alguien?
Así se escoge a los ganadores del Latin America´s 50 Best Restaurants
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(Este texto se publicó originalmente en Animal Gourmet)El 23 de septiembre
pasado el patio central...
Hace 9 años.
4 comentarios:
¿Podemos convertir la Orden del Dragón, de la cual usted es Gran Maestre, en un club de bebedores de vino?
mmmmmmmm
mmmmm qué?
supongo que podemos convertirla en la gran orden del dragón enófago (dícese de aquel dragón que se alimenta de alcohol. en este caso, de alcoholes finos (con un poco de suerte).).
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