domingo, 28 de septiembre de 2008

Anoche fui a una boda. Llegamos ya tarde pues fuimos a una presentación de flamenco de la cuñada de Efraín. Ya todos estaban un tanto entrados en copas pero el lugar a la orilla del mar fue un gran escenario. Una vez que conoces a la "crema y nata" del mundo del vino y restaurantero de Ensenada te los encuentras en todos lados. Lugar pequeño y una esfera bastante cerrada. Divertidísimas personas. No sé por qué les cuento eso pero la pasé muy bien.

Hoy fui a La Escuelita a checar el vino y, ¡oh sorpresa!, estaba cerrado. Tuve que colarme por atrás, por lo que sólo pude remontar (revolver) el tanque y ponerle hielo por aquello de que ha estado subiendo la temperatura. Mañana o pasado debe terminar de fermentar.

Tenía un prejuicio enteramente sin fundamentos contra Viña de Liceaga. Por ser una vinícola un poco más grande y por sus etiquetas "elegantes" no había probado nada suyo. Debo decir que me arrepiento. Hoy pasé a su sala de degustación, la cual acaban de abrir en abril y que quedó padrísima. Diario paso por ahí, por lo que algún día tenía que detenerme. Creo que todos sus vinos me gustaron, aunque el Merlot Gran Reserva, con medalla de oro en varios concursos, fue el que menos me gustó paradójicamente. Quizá fue porque estaba un poco elevado de temperatura. El dueño murió el año pasado, por lo que la esposa se hace cargo ahora (aunque no sabe mucho de todo el proceso de sus vinos, le gusta y ha seguido evolucionando ayudada por los enólogos). El vino homenaje me gustó mucho: tiene un sabor marcadísimo a café, casi como si le hubieran añadido granos de café a la barrica. Seguramente en el D.F. terminará costando más de mil pesos por impuestos y demás, mientras acá cuesta poco más de 400. El cabernet sauvignon y el "vino tinto" (una mezcla de tintos, el más barato) también están muy bien balanceados y saben bastante bien. Aplausos a Liceaga. Me arrepiento de haberlos dejado de lado por tanto tiempo.

Hoy fue el 8o Festival Internacional de Jazz en Ensenada en el malecón, al cual asistí un rato. Me parece fabuloso que haya eventos cada fin de semana en este pueblo tan pequeño a los cuales puede integrarse toda la gente. Aplausos a la no muy extendida ni sofisticada pero sí activa cultura ensenadense.

Ahora bebo el Zinfandel de Bibayoff, aquel del cual creo ya les había contado. Rellenan la barrica con Oporto, por lo que tiene un dejo dulce al final que resulta muy de mi agrado. ¡Salud!

1 año

Estoy seguro que a mi padre le hubiera encantado estar por acá, en este mundo gastro-enológico. Probablemente no le hubiera parecido la idea de que yo estuviera acá y, por lo tanto, yo no estaría acá pero, paradójicamente, le hubiera hecho muy feliz estar en mi lugar.

Más que dolor hay un vacío. Uno no va comentándolo por el mundo tanto porque no se trata de un escudo como porque puede incomodarle más a quien escucha que a uno que lo cuenta, por eso acá casi nadie lo sabe. Ayer, bajo esas circunstancias, me sentí especialmente solo por momentos, aunque ese desconocimiento ayudó a que el día transcuyera como cualquier otro.

Un abrazo a él y a todos ustedes que han estado ahí siempre.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Días Pesados...

Ayer, en teoría, nos entregaban la uva. Nos quedaron mal y terminamos yendo a ayudar a Pau Pijoan una vez más. Cuál sería nuestra sorpresa cuando, un rato después de que llegamos, llegara Pau y nos dijera "ustedes siempre llegan cuando más los necesito"... Resulta que el Zinfandel que había comprado no sólo estaba convertido en pasitas (lo cual es bueno por la concentración de azucar y compuestos que presenta) sino que venía con botritis, un hongo que da mal sabor al vino. Tuvimos entonces que seleccionar racimo por racimo cuál servía y cuál no... Estuvimos unas cinco horas en esa tarea. Nos invitaron a cenar a su casa. Cabe recalcar que Pau y Leonora, su esposa, son a toda madre. Sus vinos se volverán unos de mis vinos de cabecera. Los hay para todos los gustos, desde el blanco Silvana (su hija más chica) hasta el Leonora y el Mare (esposa y madre), sus tintos más complejos. Son vinos fáciles de tomar pero muy ricos.

Hoy fuimos a La Escuelita. Ahora sí nos entregaron la Garnatxa (nombre original del grenache, aunque mejor conocido bajo este último nombre). Tuvimos que lavar el tanque donde lo colocaríamos, tallando con agua por laaaargo tiempo, después con sosa cáustica y ácido cítrico... Después moler todo entre Efraín y yo, ante el abandono de quienes ahí ayudan. Raúl, otro amigo que trabaja ahí, nos echó la mano después. Lo hicimos de la forma complicada, moliendo a cubetas para quitar palillos y basura que se escapa de la despalilladora. Otros muelen directo al tanque, pero el exceso de palillos le da un amargor más fuerte y desagradable. Después ya sólo algunas medidas y ajustes técnicos. Cargar media tonelada de uva y luego voltear caja por caja sobre el molino suena fácil, pero vaya que es pesado, especialmente si uno no ha comido nada desde las 10 de la mañana.

Mañana pinta más tranquilo, inoculando la levadura y midiendo tempratura, Brix y Beaumés...

Saluden a Marcelo, propietario y hacedor de los quesos Ramonetti. Confesó el otro día haber llegado a uno de mis posts al buscar "Ramonetti" en algún buscador. En octubre o noviembre estará en el D.F. en una degustación de sus quesos. Esperemos que nos mantenga informados por este medio...

Pd. Escuchen a The Cat Empire, gran grupo australiano cuyo disco ha sido el único que me ha acompañado en todos mis trayectos automovilísticos...

domingo, 21 de septiembre de 2008

Anoche hubo una gran fiesta. No se trataba de una fiesta como tal pero estaba implícito que así sería. Manzanilla, quizá el restaurante más emblemático de Ensenada y punto de reunión del círculo gastro-enológico, abrió sus puertas por última vez en su actual locación. Después de casi nueve años en ese lugar decidieron mudarse. Tres semanas aproximadamente no habrá Manzanilla en Ensenada. No se congregó una cantidad de gente mayor a lo normal, pero eran puros amigos (y yo, ja) quienes ahí estaban. Una noche un tanto nostálgica no parecía diferenciarse de cualquier otra noche, hasta que llegó un trío norteño a ambientar el lugar, los rollos de papel de baño empezaron a volar y las fotos aparecieron por todos lados.

Alrededor de las 4 a.m. tuvimos que llevar a un amigo, quien trabaja en la barra del Manzanilla, a su casa en calidad de bulto. Aún quedaban algunas personas. Vaya usté a saber a qué hora terminó el festejo. Una noche especial.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Arráncame la Vida y más vino

Finalmente, después de algunas complicaciones y de un malestar de "La Tesorito", he visto Arráncame la Vida. Debo decir que me decepcionó un poco. Esperaba algo más, no sé por qué. Me pareció buena, no me malinterpreten, pero para ser la mayor superproducción mexicana de todos los tiempos... Comenzando por la edición pudieron haberse hecho cosas mejores. La actuación de Gimenez-Cacho me pareció muy buena, la de Ana Claudia buena a secas y la del Chema... también buena a secas, pero me parece que el personaje es complicado: un director izquierdista anti-sistémico no puede ser alguien muy vivaz, supongo, por lo que se ve un tanto acartonado.

En resumen: recomendable, sí, pero nada excepcional.

Hoy en Viento estarán Paralelo y Sano's Steak House con un dueto de jazz (creo), por lo que estará sumamente bien. Ya les contaré.

El otro día fui a Santo Tomás y probé algunos de sus vinos. Nada fuera de lo común mas que un vino tipo oporto que sólo venden en ese lugar, no lo encontraremos en ninguna otra tienda. Estaba bueno y es raro ver un oporto por acá, sólo ellos y Bibayoff lo tienen por ahora, aunque hay quienes están jugando un poco con eso. El famoso Único de Santo Tomás sacó medalla de plata en Bruselas este año, valdrá la pena probar esa cosecha. No había visto el Tardo, un late-harvest que, me parece, nadie más hace en México. Tienen uno de Merlot y uno de Valdepeñas o alguna uva similar. Procuraré probarlo para informarles. Ahora, si quieren gastar un poco más, el Misión 1888 está hecho con las plantas más viejas de Santo Tomás, por su 120 aniversario, por lo que debe ser algo interesante. Cuesta 1200 pesos más o menos. Nada comparado con el Balché Cero que cuesta 2400... hay quien dice que vale la pena, pero esperaré a que alguien me invite una copa para probarlo.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Intolerancia

Acabo de enterarme de las granadas en Morelia. No suelo escribir al respecto en este blog, como bien saben, pero me indignó en realidad. Ese tipo de atentados son una declaración de guerra entre la ciudadanía y el narco y otros grupos de delincuencia organizada. ¿Hasta cuándo los ciudadanos nos quedaremos sentados viendo y tolerando este tipo de eventos? Marchas no sirven de nada, le duela a quien le duela. Comenzar por denunciar cualquier delito conocido, tan cercano como sea el infractor. ¿Queremos vivir junto a esa gente?

Ensenada me ha dado muestra de tranquilidad y confianza. La gente aún confía en los demás y se puede vivir. Siempre había dicho que no saldría del D.F. pero Ensenada se perfila para ser una buena opción de residencia en un futuro...

Ensenada S/N

Ida a San Diego, días pesados, visita de la familia... Diversas razones me restaron tiempo para escribir por acá pero estoy de vuelta.

Fuimos a ayudarle a Pau Pijoan, de Vinos Pijoan, a moler la uva. Aprendí muchísimo. Nos puso a inocular la levadura (reactivar las levaduras seleccionadas que vienen inactivas) que es un tanto delicada, tomar algunas mediciones, remontar los tanques para fomentar la maceración... Se rompió el despalillador a la mitad de la molienda, lo que resultó ser un relajo... En fin, padrísimo. Como paga nos dio una botella de vino a cada uno (Efraín, un amigo del D.F. que conocí por acá, y yo). Si no han probado sus vinos, debo recomendar el Doménica. El Silvana es un buen blanco también. Todos sus vinos llevan los nombres de sus tres hijas (Silvana, Paul(inh)a, Doménica), su esposa (Leonora) y su madre (Mara).

Con mis familiares por acá fui a visitar Bibayoff y Barón Balché. Bibayoff es propiedad de una familia rusa. Fueron los rusos unos de los principales promotores del vino en México hace ya algún rato. Tienen un Zinfandel cuyas barricas rellenan con oporto que me pareció genial, compré una botella. Balché tiene cosas muy malas y las rescatables tienen un precio muy elevado para lo que son. Su línea premium no la he probado. Dicen que es muy buena, pero cuando cuestan 1200 pesos o 2400 una botella, dependiendo del varietal, uno espera que alguien le invite una copa algún día. El cero es un nebbiolo que cuesta 2400 pesos... No sé qué sea tan especial en él como para disparar el precio de tal manera. Hoy me dijeron que sí vale la pena, pero yo soy escéptico...

Los quesos de Ramonetti... Creo que ya lo había comentado, pero me parecen fantásticos. El lugar es paradisíaco. En medio de un valle y sin nada alrededor, el atardecer trae consigo toda la calma del mundo.

Me quedaré por acá un par de semanas más para terminar el vino con calma. Vuelvo por ahí del 5 de octubre. Quizá vaya postergando la fecha hasta quedarme ya definitivamente por acá... jaja.

Cabe aclarar: La "loca", como la apoda mi amigo el quejoso, es una mujer bastante alternativa y que disfruta la fiesta con singular alegría. Anoche terminé en mi casa como a las 4:30, por lo que dormí como tres horas y media. Es guapa y vegetariana, pero a todo dar.

martes, 9 de septiembre de 2008

¡Extra! ¡Extra!

Acabo de recibir información fidedigna dándome a conocer de una gran exposición que se llevará a cabo durante los próximos días en la Cd. de México. Les cuento para que aparten sus boletos en cuanto salgan a la venta en los próximos días.

En el Antiguo Colegio de San Ildefonso, tan sólo por unos días (debido a la fragilidad de las piezas exhibidas) se mostrarán, por única ocasión, dos (sí, leyeron bien, dos) piezas sin parangón. ¿Nadie había oído nada al respecto? Bueno, pues les informo. Las piezas, por si aún no lo imaginaban, son nada menos y nada más: ¡la mismísima pata de caballo en salmuera junto con la mano de Obregón! Sí, la pata que representa el .3 de caballo que no murió durante la inundación que dejó sin vida a 552.7 caballos hace unas semanas podrán admirarla ahí. Después de esa corta temporada emigrarán a diversos países, mas es improbable que vuelva a México. ¡No la dejen pasar!

Después de este informe casi confidencial, volveré en los próximos días a comentar sobre vinos y chelas y la vida ensenadense.

Por cierto, me inscribí a un curso de cata. Ya había tomado uno, pero para reafirmar conocimientos y descubrir algo nuevo por ahí quizá. Ayer fue el primer día, hoy y mañana serán el resto de las clases. Estuvo divertido PERO, lo que realmente marca la diferencia es que están ahí un par de hijas de un par de vinicultores de la región... Psssssss... Ya con eso vale la pena. Tal vez ya me quede a vivir por acá, todo depende de lo que me ofrezcan esas mujeres, jaja.

domingo, 7 de septiembre de 2008

San Diego

Debo decir que San Diego fue una muy grata sorpresa. No esperaba que hubiera mucho más que el zoológico y sea world. El Balboa Park es algo precioso, un parque construido por los españoles que fue decretado, desde un principio, área recreativa, por lo que permaneció como un gran parque cultural y recreativo. Muchos de los edificios que ahí se encuentran son ahora museos y hay una réplica de The Globe, el antiguo teatro londinense. En el centro, el Gaslamp Quarter es la zona de restaurantes, bares y cafés. El malecón está infinitamente mejor aprovechado que el de Ensenada (por compararlo con mi hogar actual). El USS Midway, un portaaviones que fue convertido en museo... inmenso y muy interesante.

Algunos pueblos alrededor también son muy bonitos. Encinitas es el mejor ejemplo. Son como dos calles, pero la calle principal está muy bonita y llena de cafecitos y un par de wine bars que, sinceramente, no esperaba en ese pueblo tan pequeño. Grandes vinos los que manejaban ahí.

Ya entrados en el tema de los alcoholes, una breve reseña de los vinos y cervezas del lugar. Vinos sólo probé dos, en Encinitas de hecho: un Pinot Noir del Russian River (reconocido como uno de los mejores valles para cosechar Pinot Noir por ser más fresco que el resto de CA) y un Zinfandel de un productor local. El primero estaba delicioso, el segundo estaba bueno a secas. Una ensalada de pechuga de pato y un plato de quesos buenísimos.

Las cervezas... Funciona como cuando uno va solo a comer a un restaurante y se le antojan tantas cosas que no puede decidir. Es mejor ir acompañado para poder compartir platos distintos. Grandes cervezas en barril y en botella... En México ya quisiéramos tener algunas de esas botellas y acá tienen cientos de ellas en barril. Un bar con 115 barriles distintos fue mi primer acercamiento a la cerveza en esta ciudad.

Fui al tour de la cervecería Stone. Gran lugar. Nunca lo imaginé así. Tienen un restaurante con platos un tanto extrafalarios (lo que me dijeron fue: si la gente viene aquí a pedir cervezas especiales, ¿por qué la comida no lo sería?): hamburguesa de búfalo, taboule de cebada malteada y, más tarde, mac & cheese con cerveza fue lo que yo comí. Digo "más tarde" porque me quedé ahí un largo rato dado que los miércoles proyectan películas en una pantalla en el jardín... No recuerdo el nombre de la película, pero sumamente divertida.

Gran viaje. Grandes lugares. Grandes vinos. Grandes cervezas.

martes, 2 de septiembre de 2008

Para los quejosos...

El viernes fui a un club de vinos llamado Tanino. Se encuentra justo a la orilla del mar, en un lugar muy bonito, desde donde puede verse el atardecer y escuchar las olas reventando contra las piedras (hay piedras "de río" en la orilla, por lo que se escucha como un palo de lluvia). Cada viernes hacen un evento donde una vinícola presenta sus vinos y un restaurante prepara platillos para maridarlos. Casi en todo evento se encuentra uno a las mismas personas, al mismo círculo de productores y gente del medio... Ese día le tocó a Viñas Pijoan y al restaurante Manzanilla, por lo que el vino y la comida fueron estupendas. La presentación de Pau Pijoan fue divertidísima, es un hombre muy simpático, aunque se dice que se enoja mucho también. La música también fue un perfecto acompañamiento para el evento y el lugar.

El sábado tocó la clase de fermentación. Dado que nunca había oído ni leído al respecto fue muy interesante.

El domingo fui con unos cuates a ver unos viñedos donde quizá compre uva. Medio descuidados, lo cual le brinda algunos beneficios y también le resta puntos... Después de eso fuimos a La Cava de Marcelo, la primera cava de quesos en latinoamérica. Apenas la terminó hace unos meses, por lo que apenas tiene pocos quesos añejandose. La mayor parte de su producción se queda como queso fresco, pero poco a poco ira rellenando la cava con capacidad para 10 mil quesos. Padrísimo lugar y unos quesos bastante ricos. Unos ostiones ahumados (de los auténticos, no de latita) con ese queso y espinaca y unos portobellos con queso... buenísimos.

Ahora, en este momento, salgo a San Diego. Fuera del zoológico, sea world y las microcervecerías no sé qué más haya... Quizá tendré que ir de shopping para quemar tiempo, jaja. Vuelvo el viernes. Ya les contaré.