Anoche fui a una boda. Llegamos ya tarde pues fuimos a una presentación de flamenco de la cuñada de Efraín. Ya todos estaban un tanto entrados en copas pero el lugar a la orilla del mar fue un gran escenario. Una vez que conoces a la "crema y nata" del mundo del vino y restaurantero de Ensenada te los encuentras en todos lados. Lugar pequeño y una esfera bastante cerrada. Divertidísimas personas. No sé por qué les cuento eso pero la pasé muy bien.
Hoy fui a La Escuelita a checar el vino y, ¡oh sorpresa!, estaba cerrado. Tuve que colarme por atrás, por lo que sólo pude remontar (revolver) el tanque y ponerle hielo por aquello de que ha estado subiendo la temperatura. Mañana o pasado debe terminar de fermentar.
Tenía un prejuicio enteramente sin fundamentos contra Viña de Liceaga. Por ser una vinícola un poco más grande y por sus etiquetas "elegantes" no había probado nada suyo. Debo decir que me arrepiento. Hoy pasé a su sala de degustación, la cual acaban de abrir en abril y que quedó padrísima. Diario paso por ahí, por lo que algún día tenía que detenerme. Creo que todos sus vinos me gustaron, aunque el Merlot Gran Reserva, con medalla de oro en varios concursos, fue el que menos me gustó paradójicamente. Quizá fue porque estaba un poco elevado de temperatura. El dueño murió el año pasado, por lo que la esposa se hace cargo ahora (aunque no sabe mucho de todo el proceso de sus vinos, le gusta y ha seguido evolucionando ayudada por los enólogos). El vino homenaje me gustó mucho: tiene un sabor marcadísimo a café, casi como si le hubieran añadido granos de café a la barrica. Seguramente en el D.F. terminará costando más de mil pesos por impuestos y demás, mientras acá cuesta poco más de 400. El cabernet sauvignon y el "vino tinto" (una mezcla de tintos, el más barato) también están muy bien balanceados y saben bastante bien. Aplausos a Liceaga. Me arrepiento de haberlos dejado de lado por tanto tiempo.
Hoy fue el 8o Festival Internacional de Jazz en Ensenada en el malecón, al cual asistí un rato. Me parece fabuloso que haya eventos cada fin de semana en este pueblo tan pequeño a los cuales puede integrarse toda la gente. Aplausos a la no muy extendida ni sofisticada pero sí activa cultura ensenadense.
Ahora bebo el Zinfandel de Bibayoff, aquel del cual creo ya les había contado. Rellenan la barrica con Oporto, por lo que tiene un dejo dulce al final que resulta muy de mi agrado. ¡Salud!
Así se escoge a los ganadores del Latin America´s 50 Best Restaurants
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(Este texto se publicó originalmente en Animal Gourmet)El 23 de septiembre
pasado el patio central...
Hace 9 años.
2 comentarios:
Post Within a Post o Exhorto a Volver.
En vista de que Usted se encuentra muy acomodado, tomo esta medida drástica para incitarlo a volver (aunque sea de vacaciones)...
México DF, Sept. 30, 2008. El domingo pasado, en lo que era ya una terrible necesidad por encontrar un flea market a la mexicana dentro de esta enorme ciudad, logré al fin dar con mi destino: el Tinaguis de Antigüedades de la Lagunilla.
Este singular sitio se encuentra a un costado de lo que es mejor conocido como el “Barrio Bravo” de Tepito. Saliendo por la estación del metro de Garibaldi y después de cruzar un par de kilómetros dentro de lo que probablemente es el centro comercial itinerante más grande del mundo (hay que avisarle a todos los que no sepan este hecho). Más allá de la peluquería, del local de los perritos y pasando las fritangas. Ahí, entre diez y quince pasos a la izquierda, empieza el tinaguis.
Resulta que en este lugar venden de todo: desde radios de bulbos (que todavía funcionan y, casualmente, captan estaciones de la época por un extraño fenómeno global) hasta muñecos de Memín e historietas de Kalimán (el hombre increíble). Confieso que si llevan con ustedes un adulto mayor (de 40 años), repetirá incansablemente “yo tenía uno de esos”, pero saldrán contentos con alguna chunche que no querían y de otra forma nunca habrían comprado.
Yo me hice de una bandera de Colombia con todo y su hasta. Perfecta para escritorios de burócratas colombianos, por lo que sólo resta cambiar la bandera y, ¡listo! ¡Perfecta para burócratas mexicanos! También me compré una botellita para aceite de oliva con columpio. Sí, muy exótica, con un columpio como de garrafón de agua. ¡Jua jua jua!
¡Uuuuh! Y de la cristalería, ni se diga. ¡Cómo brillaban esas copitas! Desafortunadamente, para cuando me empecé a decidir por alguna, mis recursos ya se habían esfumado de mis manos… ¡Oh! ¡Qué desdicha!
Los paseos salen el segundo domingo de cada mes, en punto de las 11:00 horas de la mañana.
Muy atractiva opción para vacacionar... Lo meditaré.
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