viernes, 20 de julio de 2007

Republika Slovenija

Después de unas semanas ausente de, éste, su blog, estoy de vuelta fugazmente para comunicarles parte de mi experiencia y luego partir a las tierras calientes (en todas sus connotaciones) cancunenses.

Para dejar en claro la excesiva tranquilidad con que se vive en aquel país basta describir la vida en su capital, Ljubljana. Una población de 276,000 habitantes ocupa un territorio realmente pequeño. La totalidad de su área turística y, quizá, un poco más allá que eso, puede ser visitado en, digamos, un día. Existen un par de museos y galerías con buenas exposiciones, pero estos pueden recorrerse en unas cuantas horas más.

La gente comienza a reunirse en los cafés, bares y restaurantes a la orilla del río desde las 11 de la mañana. Al parecer nadie tiene que trabajar ahí (mas que lo que atienden dichos lugares, claro está). El lugar, a pesar de su pequeña extensión, es precioso. Algunas personas dicen que tiene un aire a Praga sin tanta gente o a Paris sin el glamour. Creo que se acerca más al primero. Como la mayoría de las ciudades en aquella región geográfica se trata de un castillo en la cima de una pequeña montaña con el antiguo pueblo a sus pies. Obviamente, con el encanto de la mayoría de las ciudades europeas, se sitúa a lo largo de un río y cuenta, por la razón antes mencionada, con una serie de puentes.

¿Qué decir de las mujeres? ¿Realmente hay que entrar en detalles? No exagero al decir que no existen mujeres feas. Existen mujeres "x", simplemente no guapas, y mujeres increiblemente hermosas. Algunos suelen pensar en rubias por alguna extraña razón, las hay, pero las mejores son aquellas de pelo oscuro (como podrán constatar aquellos que hayan ido a cualquier ciudad de Europa del este).

Parecerían ser un tanto groseros, pero se debe, más bien, a su dificultad al darse entender en un idioma que no es el suyo (léase inglés). Una vez que se supera esa barrera de uno u otro modo, son bastante amables.

Su oferta gastronómica no es muy extensa. Se alimentan de carne (córdero y cerdo especialmente, creo) y pescado. Algunas cosas, como un filete de venado en salsa de cerezas, bastante memorables, pero algunas otras poco "endémicas". Los vinos... ¿Qué decir? Una amplia oferta, pero poca variedad. Distintos varietales de uva, pero la mayoría con aromas y sabores muy similares. Los vinos blancos están un poco más desarrollados. Los tintos se han desarrollado, en mi opinión, en cantidad, mas no en calidad. (Creo que lo que disfruto de los vinos mexicanos es lo contrario. Pocos, pero con experimentos muy interesantes y una gran variedad.)

Piran, Koper e Izola. Tres pueblos en la costa. Si uno va en busca de descanso, son lugares ideales para relajarse. Las "playas", sin embargo, son planchas de concreto o grandes rocas donde la gente debe tirarse al Sol. Uno puede disfrutar, sin duda, de una que otra "topless" bastante interesante. Piran, a pesar de ser el más pequeño, es el más bonito de los tres. Con sus callejones venecianos y su diminuta extensión, tiene un encanto superior al de sus otros dos contendientes.

Skocjanske Jame. Las cuevas de Skocjan son las grutas más largas del mundo. Miden más de seis kilómetros de longitud, aunque sólo pueden visitarse cerca de dos y medio. La primera parte no es nada más que una gruta normal, nada que no hayamos visto en otro lado. En la segunda parte se incorpora un río, por lo que el esenario es, quizá no excesivamente impresionante, pero muy bonito, sin duda.

Mi conclusión, después de esta brevísima descripción de una serie de impresiones, se convierte, más bien, en una interrogante. ¿Por qué el mundo no visita ese país, parte de la Unión Europea? Ni siquiera lo ubica en un mapa. (Aunque después de conocer una anécdota curiosa, en la que la gente confundía, o confunde, Austria con Australia, al grado de llegar a fabricar playeras con la leyenda "There are no Kangaroos in Austria", no me sorprende demasiado que no ubiquen a Eslovenia.) Es, sin duda, un país que vale la pena visitar.