sábado, 3 de noviembre de 2007

Centro en Puente

Alguien se olvidó de retratar el centro de la Cd. de México. Se dice que las calles de la ciudad estuvieron sumamente tranquilas durante el puente. Obviamente no visitaron la delegación Cuauhtemoc.

Hoy fui al centro para alcanzar a mi hermana y a mi madre para comer en el Restaurante Chon. Es aquel lugar donde podían comerse insectos, león, víbora y distintas delicias culinarias prehispánicas. Hoy en día ya sólo pueden comerse unos cuantos insectos, jabalí, avestruz, venado... Nada fuera de lo común. Aún pueden encontrarse animales exóticos, pero únicamente bajo encargo.

Regresando al punto central de la historia... Todo iba muy bien hasta llegar a Reforma. Menos de una cuadra de largo está ocupada por unas ofrendas pinchísimas (con todo respeto); pero, eso es suficiente para ocasionar una buena cantidad de tránsito atribuible a aquellos que circulan más lentamente para poder ver. ¿No pueden estacionarse y caminar? ¿Nunca antes han visto una ofrenda y deben entorpecer el flujo de las vialidades por tan indignas muestras?

Pasado ese punto: libre. Uno podía circular a muy buena velocidad. Pero, ¡oh problema! Llegando a la Alameda los problemas apenas comenzaban... Entre esbelt@s y esculturales encuerad@s manifestándose, un Zócalo a reventar y los imbéciles que nunca faltan al volante, uno tardaba media hora en recorrer la Alameda. Preferí dejar mi coche en un estacionamiento cercano y recorrer el resto del camino en metro.

Malditos turistas, vuelvan a sus delegaciones, a sus estados o a sus casas. (Sé que yo estoy incluido en el grupo de "turistas" que "visitaron" el centro por un motivo cualquiera el día de hoy. Déjenme maldecir a gusto.)