sábado, 2 de febrero de 2008

Desde los Sueños hacia Borges

Muy ad hoc con la encuesta de Marve, los dejo con este texto que me fue solicitado para Opción. No me convenció del todo, en especial el título, pero ahí lo tienen. A ver qué les parece.

La literatura es un sueño dirigido y deliberado.

J. L. Borges

Soñé que mi padre no moría. Justo en sus últimos momentos algo lo traía enteramente de vuelta como a quien le espantan el sueño. Estuve un par de días confundido. ¿Había o no pasado? El ambiente gélido y sombrío de Brno – la capital de Moravia del Sur, en la República Checa – contribuyó a nublar mi mente. Después la realidad me reabsorbió de golpe. Pocos sueños han sido tan vívidos. Quien dude del poder de éstos algún día se verá sorprendido por su propio error.

Desde sus orígenes, el hombre les ha dado un papel importante. Han sido motivo de leyendas, ciudades, guerras y religiones. Así lo deja ver Gerolamo Cardano en su Synesiorum somniorum omnis generis insomnia explicantes de 1562. Éste no es, supongo, ni el primero ni el más basto diccionario de sueños pero es, sin duda, maravilloso. Muestra brevemente la historia de la adivinación por medio de los sueños y analiza un sinfín de elementos que pueden verse en ellos. Son los humores, la comida y la bebida o la memoria los tres elementos que producen distintos ambientes oníricos; aunque, aquellos sueños “verdaderos” emanan, según Cardano, de una fuente superior, probablemente celestial. Por eso hace falta estar tranquilo y no tener alteraciones provocadas por uno de los elementos anteriores para poder tener un sueño premonitorio. Son, por eso, los ancianos o los príncipes quienes más comúnmente tienen estas visiones, pues no se ven perturbados tan fácilmente. Puede incluso saberse si lo que se visualiza es algo pasado, presente o futuro dependiendo del momento en que se sueñe.

Cardano es parte de esa tradición que defiende los sueños como oportunidades de auto-conocimiento. No sólo permiten adivinar acontecimientos futuros, sino también comprenderse a uno mismo. Freud es, evidentemente, el más destacado de esta vertiente.

Por otro lado están aquellos a quienes no les preocupa encontrar el significado de los sueños sino, más bien, disfrutar de las posibilidades infinitas que este terreno trae consigo. Borges, en el prólogo a su Libro de Sueños, dice:

El sexto libro de la Eneida sigue una tradición de la Odisea y declara que son dos las puertas divinas por las que nos llegan los sueños: la de marfil, que es la de los sueños falaces, y la de cuerno, que es la de los sueños proféticos. Dados los materiales elegidos, diríase que el poeta ha sentido de una manera oscura que los sueños que se anticipan al porvenir son menos preciosos que los falaces, que son una espontánea invención del hombre que duerme.

El hecho que Borges describa como oscura la manera de sentir de Homero refleja que no estaba del todo de acuerdo con ese juicio. Sin embargo, aunque presenta en el mismo libro sueños que trajeron consigo hechos importantes, los sueños “falaces” son los que le permiten jugar en sus cuentos. Quizá podamos decir que es este tipo de sueño el único que permite que la imaginación lo invada. Por eso creo que, aunque los sueños proféticos le parecían sumamente interesantes, Borges prefería los sueños “libres”.

En El Otro Borges entreteje la realidad con los sueños. Él es soñado por un Borges unos cincuenta años más joven. Borges explica que el joven no recordará el encuentro por ser un sueño, pero él lo recordará por ser un encuentro real. De ese modo no marca diferencia entre la realidad y los sueños, sino únicamente los distingue como mundos paralelos. Dice Borges: “El encuentro fue real, pero el otro conversó conmigo en un sueño y fue así que pudo olvidarme; yo conversé con él en la vigilia y todavía me atormenta el recuerdo.” Aquellos que vivimos en la realidad podemos invadir el mundo de los sueños cada noche. Aquellos que viven en los sueños quedarán traumados por este tipo de encuentros.

Si el Borges soñado lo vivió durante la vigilia, queda una duda en el aire: ¿qué pasa cuando los sueños sueñan? ¿Invaden la realidad o invaden un tercer mundo paralelo? Quizá no se trate de dos sino de un sinnúmero de mundo paralelos. Cuando uno sueña en ese mundo penetra en otro. Los sueños serían, entonces, los cruces entre mundos. Quizá vivamos rodeados de sueños sin saberlo. Quizá nosotros seamos el sueño de alguien más. Quizá estés soñando al leer esto. Sin duda, en un par de horas, no lo recordarás.