jueves, 1 de mayo de 2008

Ayer, 30 de abril, por la mañana fui al festejo del día del niño del kinder de mi sobrina. Los papás y las maestras organizaron una representación de actos de circo, ya saben: payasos, domador de leones, mago... Lo que hay en un circo, pues. Me pareció un buen detalle. Hacer el ridículo por divertir a tu hijo y sus amigos es, me parece, un regalo original y sincero.

El punto del post no es ese... Me sorprendió que, antes de empezar, las maestras comenzaron a gritar, dentro del salón donde se arreglaban, el clásico grito de "Sí se puede. Sí se puede.". ¿Alguien me puede explicar por qué los mexicanos adoptamos ese grito de guerra para cualquier actividad, por insignificante que sea? ¿Sí se puede qué? Es absurdo. Claro que se puede, sólo se tiene que hacer y punto... Que poco imaginativos y ridículos somos. He dicho.