domingo, 17 de febrero de 2008

Zanga

He vuelto de un fin de semana en tierras calientes. Un viaje lleno de excesos, sol, irreverencias y violencia casi (cuando no absurdamente) inecesaria. El cubilete tiró una quintilla de ebrios, el waterpolo materializó las marcas y cicatrices de toda batalla de machos dignos y la música cobró la vida de varios sueños.

Al final, dos y medio días de borrachera digna de José Alfredo. Tequila, sotol, whisky, ron... todo fue. Ahora corre por mis venas quizá más de un litro de aditivo.

Redescubrí a Café Quijano con una canción a lado de Sabina: No tienes corazón. ¿Cómo es que siempre hay una canción para todo? Me sorprende esa raza de cantores que, sin duda, son hombres de mundo y han vivido la vida.

Fotos de esta épica aventura en mi CaraLibro.

Pd. La soberbia, el egoísmo y la falsa valentía lastiman.

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